El martes 1 de octubre, los venezolanos despertaron con las calles y avenidas decoradas con relucientes adornos, pinos y coronas navideñas. Este escenario inusual fue el resultado del decreto del presidente Nicolás Maduro, quien adelantó la Navidad en Venezuela.
La decisión de adelantar las festividades fue anunciada por Maduro el 2 de septiembre, en medio de tensiones políticas por los comicios presidenciales, en los que tanto el gobierno como la oposición se atribuyen la victoria. Esta no es la primera vez que Maduro toma una medida similar: desde su ascenso al poder en 2013, ha decretado en varias ocasiones el inicio temprano de las festividades. En 2019, 2020 y 2022, también se adelantaron las decoraciones navideñas y se organizaron conciertos y fiestas en parques públicos.
Durante su programa semanal, Maduro explicó que la Navidad comenzaría el 1 de octubre como una expresión de “agradecimiento” al pueblo venezolano. “Está llegando septiembre y ya huele a Navidad. Y por eso este año, en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre. Para todos y todas llegó la Navidad, con paz, felicidad y seguridad“, dijo el presidente.
La iglesia no está de acuerdo con el adelanto de la celebración:
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) recordó que la Navidad es una celebración universal que inicia el 25 de diciembre según el calendario litúrgico. La Iglesia hizo un llamado a que esta festividad no se utilice con fines propagandísticos ni políticos. En su comunicado, la CEV subrayó que “el modo y el tiempo de su celebración compete a la autoridad eclesiástica“, en una clara respuesta a la medida de Maduro.
Así, mientras las luces y adornos navideños ya llenan las calles de Venezuela, el debate sobre el uso de la Navidad como estrategia política sigue latente, una tradición que parece repetirse cada vez más en el país.
Redactado por Montz (@MontzTv_)