¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen esas frases que usamos a diario? Nuestras abuelas las decían, nuestros papás las enseñaron, y nosotros las seguimos usando. Hoy, exploraremos el origen de cinco expresiones mexicanas muy conocidas y revelaremos las historias fascinantes detrás de ellas.
1. “Aguas”
¿Sabías que decir “¡Aguas!” es más que una simple advertencia? Esta expresión se usa para alertar de un posible peligro o para tener cuidado con algo. Su origen se remonta a la época colonial, cuando, antes de arrojar el contenido de la bacinica por la ventana, se debía gritar “¡aguas!” para avisar a quienes pasaban por la calle. De no hacerlo, se podía enfrentar una multa. ¡Imagínate tener que gritar antes de tirar agua sucia!
2. “Viejo rabo verde”
La frase “viejo rabo verde” tiene una evolución interesante. Originalmente, el color verde representaba la juventud y la vitalidad. Por eso, un “viejo verde” se refería a alguien que, aunque mayor, mantenía un espíritu joven. Sin embargo, con el tiempo, esta expresión adquirió una connotación negativa en el siglo XIII, sugiriendo que estos ancianos aún exhibían deseos y comportamientos sexuales juveniles, que a menudo resultaban ofensivos.
3. “A ojo de buen cubero”
La expresión “a ojo de buen cubero” puede tener dos orígenes. El primero se relaciona con “la cuba”, un recipiente de madera usado para medir líquidos. Los cuberos, artesanos que fabricaban estos recipientes a mano, debían confiar en su habilidad para hacer medidas precisas sin herramientas modernas. Por eso, un “buen ojo” era esencial para asegurar la exactitud.
La segunda historia proviene de las minas en el siglo XIX. Los “cuberos” eran los trabajadores que vaciaban los recipientes usados como baños en las minas. Debían tener un buen ojo para evitar derramar el contenido en su espalda o cargar de menos, lo que requería mucho más trabajo. ¡Un verdadero desafío!
4. “Se petateó”
El término “se petateó” tiene raíces culturales profundas. El petate, una alfombra tejida con fibras de palma, era utilizado por los pueblos prehispánicos para dormir y secar semillas. Cuando alguien fallecía, se envolvía al difunto en su petate antes de ser sepultado o cremado. Así, “se petateó” hace referencia a alguien que ha fallecido, conectando con una tradición ancestral muy significativa.
5. “Es bien teporocho”
La expresión “es bien teporocho” describe a alguien con problemas con el alcohol. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando en algunos puestos callejeros se vendía té con un añadido de alcohol. El té con alcohol costaba ocho centavos más, y así nació el término “teporocho”, derivado de “té por ocho”. Además, en algunos puestos callejeros, el té costaba diez centavos, pero en un puesto cercano atendido por una viejecita, el precio era dos centavos menos, lo que llevaba a la gente a decir: “Mejor vamos por el té por ocho”.
¡Y ahí lo tienes! Un vistazo a las historias detrás de nuestras expresiones favoritas. ¿Cuál te sorprendió más? ¡Compártelo y sigue descubriendo más sobre el idioma y la cultura mexicana!
Redactado por Montz (@Montztv_)